La inspección y entrega de propiedades es una etapa clave para asegurar la satisfacción del cliente. Establecer un proceso bien estructurado garantiza que el inmueble cumpla con las expectativas y reduce las incidencias posteriores.
Una inspección minuciosa permite detectar y resolver problemas antes de la entrega, lo que contribuye a una experiencia positiva para el cliente. Además, documentar el estado de la propiedad ofrece una garantía para ambas partes.
El proceso de entrega también debe ser transparente y profesional. Explicar al cliente los detalles del contrato y responder sus dudas genera confianza y muestra el compromiso de la inmobiliaria.
Mejorar esta fase del proceso reduce las quejas en la etapa de postventa y fortalece la reputación de la inmobiliaria, aumentando las posibilidades de recomendaciones futuras.